Comunidades kukama del Perú aún están envenenadas, tres años después de los derrames de petróleo
13 de Diciembre del 2017
La contaminación en las comunidades indígenas en la Amazonía no es un fenómeno nuevo. En los últimos 50 años, la industria petrolera ha visto la selva tropical como una gran "zona de sacrificio", donde pueden envenenar a las personas con impunidad a fin de ahorrar un dólar o dos por barril.
El caso de más alto perfil es la destrucción del norte de la Amazonía ecuatoriana por Texaco (ahora Chevron). En los últimos años, Perú ha sido objeto de escrutinio. A principios de 2016, Leonardo DiCaprio ayudó a llamar la atención sobre los derrames de oleoductos en la Amazonía peruana cuando twitteó sobre ellos al día siguiente de ganar un Oscar.
Entre las muchas comunidades contaminadas, dos de los casos más notorios son los de Cuninico y San Pedro, comunidades indígenas de Kukama que sufrieron derrames de petróleo en 2014. Amazon Watch tuvo el honor de visitarlos en diciembre de ese año junto con una delegación de periodistas internacionales. El nominado al Oscar, Josh Fox, incluyó un segmento sobre la devastación en su reflexión personal sobre cómo lidiar con el cambio climático titulada, Cómo soltar el mundo y aprender a amar todas las cosas que el clima no puede cambiar.
Nuestro viaje fue hace tres años. Vergonzosamente, la gente de Cuninico y San Pedro (así como muchas otras comunidades) todavía tienen que perseverar mientras usan agua contaminada para cocinar, beber y lavar. Del lado positivo, la presión internacional para que el gobierno tome medidas concretas va en aumento, complementando la defensa que realizan las propias comunidades y sus aliados peruanos.
A principios de este mes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Washington, D.C., emitió lo que se conoce como "medidas cautelares" diseñadas para ayudar a proteger los derechos de las personas o comunidades en riesgo. En los casos de Cuninico y San Pedro, las medidas específicas incluyen exámenes médicos para determinar qué tan envenenadas están las personas, la atención médica adecuada con prioridad para los niños y el suministro de agua potable. Todo esto debe hacerse de acuerdo con el deber de consultar las medidas propuestas con las propias comunidades afectadas. Como Amazon Watch, queremos reconocer el arduo trabajo del Instituto de Defensa Legal, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, y EarthRights International, sin quienes la CIDH no hubiera tomado acción en estos casos.
Nuestros colegas de Amnistía Internacional también han lanzado una campaña llamada "Estado Tóxico", que se centra en dos casos de contaminación industrial que amenazan la salud de las comunidades indígenas y campesinas de Perú. Además de la implementación de un plan de salud robusta en los casos de ambos Cuninico y Espinar (una comunidad en las montañas de los Andes), la organización recomienda que se llevó a cabo una investigación para encontrar la fuente de la contaminación. Pueden ver más información y firmar su petición aquí: http://estadotoxico.pe/
¿Serán estas campañas suficientes para finalmente forzar al gobierno peruano a tomar medidas reales? Esperamos que sí y las apoyamos, aunque después de tres años no estamos conteniendo la respiración. En última instancia, creemos que toda la producción de petróleo en la Amazonía debe cesar, como parte de una transición global más amplia al uso de 100% de energía renovable para la humanidad. En el corto plazo, hemos identificado a varios inversores institucionales que actualmente son financistas clave de los proyectos de petróleo de la amazonia, y los alentamos a desinvertir. ¡Únete a nosotros para decirle a JPMorgan Chase y BlackRock que dejen de financiar la destrucción de Amazon! http://amwt.ch/4149